miércoles, 9 de febrero de 2011
El ajedrez y la vida
Se encontraron frente a frente. El hombre, con ventaja de un movimiento, las blancas; la vida, con aquella tranquilidad que otorga el saberse poseedora de todo el tiempo del mundo, las negras. El despuntar del día da inicio a la batalla, con el cielo infinito como testigo. La partida da comienzo. Los soldados de ambos bandos se apresuran a tomar posiciones, cuerpo con cuerpo. Se estudian mutuamente. Las primeras líneas son ocupadas con una rapidez voraz. Es hora de llamar a la artillería pesada. La caballería oye la llamada, abandona su posición segura y acude al combate. Sendos caballos se apresuran a ocupar casillas estratégicas. La retaguardia está cubierta. Los soldados avanzan con seguridad. No hay temor alguno en sus miradas. Resuenan las voces de los reyes dando órdenes. Los elefantes salen a escena, apoderándose de las diagonales. La tensión va en aumento. El silencio se derrama sobre el tablero como un líquido espeso. Un movimiento erróneo puede costarle la vida al rey. Es tiempo de reflexión.
Los ojos del rey blanco centellean; su mirada tiene un brillo triunfante. Ordena a sus hombres con decisión; no existe la duda. La tensión llega a su cenit y los soldados pasan a la acción. El tablero desaparece; ahora sólo importa una casilla. El soldado blanco hunde la punta de su lanza en el pecho del soldado negro. Gotas oscuras se derraman por el tablero como lágrimas de Dios. El soldado blanco, con la sangre del enemigo aún fresca entre sus manos, siente el frío acero de la espada del caballero negro en su cuello. Su cabeza sin vida yace a los pies de su verdugo, anunciando el comienzo de una oleada de muerte y venganza.
El rey blanco asiente con satisfacción. Piensa que le ha tendido una trampa a su rival, pero la vida es una jugadora experimentada. El rey negro esboza una sonrisa. Una flecha dorada atraviesa el tablero hasta impactar en el corazón del caballero blanco. El rostro del alfil permanece impasible ante la muerte. El rey negro asiente. Los cuerpos sin vida se acumulan en montañas. No hay tiempo para lamentos.
El rey blanco se oculta rápidamente tras su guardia real. El rey negro ordena también el enroque. Las reinas se miran a los ojos. Es la hora de la verdad; el todo por el todo.
La reina blanca se desliza hacia el terreno de combate con perfecta elegancia. El rey negro la observa seguro desde su fortaleza inexpugnable, apenas a unos pasos de distancia. La reina negra se mueve con precisión, atacando el flanco que protegía antes la reina blanca. El alfil blanco se suma al ataque, apuntando su afilada flecha en dirección a la fortaleza negra. El soldado blanco espera su muerte con resignación; no hay temor en su mirada. La reina negra se sitúa delante. La respiración del soldado se detiene. La reina se acerca y roza sus labios con delicadeza. Donde antes reposaba la cabeza del soldado ahora sólo queda un cráneo níveo. El efecto se extiende por todo el cuerpo, devorando su piel con avidez. Un conjunto de huesos impolutos descansan en la casilla del soldado. “Cuestión de prioridades”, piensa el rey blanco en su interior.
El caballero blanco asiente y blande su espada contra un soldado de la guardia del rey enemigo, que cae de rodillas decapitado. El rey negro levanta el cetro y toca con la punta la cabeza del caballero blanco, transformándolo en una bola de fuego. Las llamas devoran cada parte de su cuerpo en un silencio ahogado. La reina blanca da un paso adelante. “Jaque”, pronuncia con voz sepulcral. El rey negro se apresura a huir de inmediato. La torre blanca emerge de las profundidades de su guarida. El rey negro ordena a sus arqueros tomar posiciones. Los soldados blancos se adelantan hacia la fortaleza negra con determinación. La reina negra está aislada de sus hombres; es un cañón sin munición. Captura el alfil blanco llena de ira. El rey blanco no da marcha atrás. “El triunfo exige sacrificios”, exclama. Los blancos hacen un recuento de bajas; tienen el batallón mermado pero no se detendrán ante nada.
El rey blanco asiente con satisfacción. Piensa que le ha tendido una trampa a su rival, pero la vida es una jugadora experimentada. El rey negro esboza una sonrisa. Una flecha dorada atraviesa el tablero hasta impactar en el corazón del caballero blanco. El rostro del alfil permanece impasible ante la muerte. El rey negro asiente. Los cuerpos sin vida se acumulan en montañas. No hay tiempo para lamentos.
El rey blanco se oculta rápidamente tras su guardia real. El rey negro ordena también el enroque. Las reinas se miran a los ojos. Es la hora de la verdad; el todo por el todo.
La reina blanca se desliza hacia el terreno de combate con perfecta elegancia. El rey negro la observa seguro desde su fortaleza inexpugnable, apenas a unos pasos de distancia. La reina negra se mueve con precisión, atacando el flanco que protegía antes la reina blanca. El alfil blanco se suma al ataque, apuntando su afilada flecha en dirección a la fortaleza negra. El soldado blanco espera su muerte con resignación; no hay temor en su mirada. La reina negra se sitúa delante. La respiración del soldado se detiene. La reina se acerca y roza sus labios con delicadeza. Donde antes reposaba la cabeza del soldado ahora sólo queda un cráneo níveo. El efecto se extiende por todo el cuerpo, devorando su piel con avidez. Un conjunto de huesos impolutos descansan en la casilla del soldado. “Cuestión de prioridades”, piensa el rey blanco en su interior.
El caballero blanco asiente y blande su espada contra un soldado de la guardia del rey enemigo, que cae de rodillas decapitado. El rey negro levanta el cetro y toca con la punta la cabeza del caballero blanco, transformándolo en una bola de fuego. Las llamas devoran cada parte de su cuerpo en un silencio ahogado. La reina blanca da un paso adelante. “Jaque”, pronuncia con voz sepulcral. El rey negro se apresura a huir de inmediato. La torre blanca emerge de las profundidades de su guarida. El rey negro ordena a sus arqueros tomar posiciones. Los soldados blancos se adelantan hacia la fortaleza negra con determinación. La reina negra está aislada de sus hombres; es un cañón sin munición. Captura el alfil blanco llena de ira. El rey blanco no da marcha atrás. “El triunfo exige sacrificios”, exclama. Los blancos hacen un recuento de bajas; tienen el batallón mermado pero no se detendrán ante nada.
La montaña de roca blanca se mueve, embistiendo al arquero negro con la fuerza de un huracán. El arquero se desmorona al instante, incapaz de soportar semejante fuerza sobrehumana. El soldado negro venga la muerte de su compañero sin vacilar.
No hay sentimientos por parte de ningún bando, tan sólo acatamiento de órdenes. Son elecciones y las elecciones determinan la vida o la muerte.
La reina negra está atrapada. Ejecuta un movimiento exento de lógica, como animal enjaulado sin escapatoria. Camina despacio hasta la montaña de roca blanca que defiende al rey, levanta el dedo índice y de la punta surge un haz de luz plateada que atraviesa el cuerpo de la torre. Mil fragmentos de roca yacen donde antes estaba la montaña blanca. El rey blanco apenas se inmuta, se gira y mira directamente a los ojos fríos de la reina. Hinca una rodilla en el suelo, sujeta la mano de la reina y la besa con suavidad, al tiempo que exclama: “Madame”. Con su cetro traza un círculo oscuro alrededor de su enemiga. A sus pies se abre un abismo infinito y la superficie de la casilla engulle centímetro a centímetro a la reina negra, que mira al frente con estoicismo.
El nuevo balance otorga ventaja a las blancas. La única reina en pie observa el panorama desolador que se alza a sus espaldas. “Es hora de cobrarse el sufrimiento y sacrificio empleados”, exclama el rey blanco, y da la orden final.
La reina levanta la cabeza y camina orgullosa hacia el rey negro. “Jaque”, vuelve a decir. Y una vez más, y otra, y otra más, hasta que el rey negro ya no tiene escapatoria. “Jaque mate” pronuncia, acariciando las palabras con satisfacción. El rey negro saca una pequeña botella de cristal de su bolsillo, bebe hasta la última gota del líquido ámbar que encerraba, cierra los ojos y se desploma al instante. La reina recoge la corona del suelo y la levanta. El rey blanco asiente por última vez. Fin del juego.
El hombre sonríe; ha vencido a la vida. Mañana será otro día, y otra batalla que luchar. Y así lo hará, hasta que la última parte de su ser esté tan exhausta que no pueda sostener ni una pieza del tablero; o de su cuerpo. Entonces no le hará falta beber ningún líquido; la vida es piadosa y enviará a su discípulo Muerte en su búsqueda. La vida es paciente; sabe que tarde o temprano ganará.
El ajedrez y la vida, batallas interminables para el hombre. El ajedrez, miniatura de la vida…
No hay sentimientos por parte de ningún bando, tan sólo acatamiento de órdenes. Son elecciones y las elecciones determinan la vida o la muerte.
La reina negra está atrapada. Ejecuta un movimiento exento de lógica, como animal enjaulado sin escapatoria. Camina despacio hasta la montaña de roca blanca que defiende al rey, levanta el dedo índice y de la punta surge un haz de luz plateada que atraviesa el cuerpo de la torre. Mil fragmentos de roca yacen donde antes estaba la montaña blanca. El rey blanco apenas se inmuta, se gira y mira directamente a los ojos fríos de la reina. Hinca una rodilla en el suelo, sujeta la mano de la reina y la besa con suavidad, al tiempo que exclama: “Madame”. Con su cetro traza un círculo oscuro alrededor de su enemiga. A sus pies se abre un abismo infinito y la superficie de la casilla engulle centímetro a centímetro a la reina negra, que mira al frente con estoicismo.
El nuevo balance otorga ventaja a las blancas. La única reina en pie observa el panorama desolador que se alza a sus espaldas. “Es hora de cobrarse el sufrimiento y sacrificio empleados”, exclama el rey blanco, y da la orden final.
La reina levanta la cabeza y camina orgullosa hacia el rey negro. “Jaque”, vuelve a decir. Y una vez más, y otra, y otra más, hasta que el rey negro ya no tiene escapatoria. “Jaque mate” pronuncia, acariciando las palabras con satisfacción. El rey negro saca una pequeña botella de cristal de su bolsillo, bebe hasta la última gota del líquido ámbar que encerraba, cierra los ojos y se desploma al instante. La reina recoge la corona del suelo y la levanta. El rey blanco asiente por última vez. Fin del juego.
El hombre sonríe; ha vencido a la vida. Mañana será otro día, y otra batalla que luchar. Y así lo hará, hasta que la última parte de su ser esté tan exhausta que no pueda sostener ni una pieza del tablero; o de su cuerpo. Entonces no le hará falta beber ningún líquido; la vida es piadosa y enviará a su discípulo Muerte en su búsqueda. La vida es paciente; sabe que tarde o temprano ganará.
El ajedrez y la vida, batallas interminables para el hombre. El ajedrez, miniatura de la vida…
EL AJEDREZ
La lucha por la vida
En mágico tapete ajedrezado
un duelo colosal se inicia.
Las torres dispuestas al costado
son murallas de ciudad Fenicia.
un duelo colosal se inicia.
Las torres dispuestas al costado
son murallas de ciudad Fenicia.
El sencillo peón da el primer paso.
Los caballos al galope van saltando,
apoyando el ataque cual pegazo
en campo enemigo están volando.
Los caballos al galope van saltando,
apoyando el ataque cual pegazo
en campo enemigo están volando.
El Alfil fiel soldado raso
desde una diagonal y en fiancheto
con la temible Dama hace estragos
en posiciones que son un reto,
desde una diagonal y en fiancheto
con la temible Dama hace estragos
en posiciones que son un reto,
para el mas avanzado jugador
la situación requiere inteligencia,
gran frialdad ser calculador
y usar como arma la paciencia.
la situación requiere inteligencia,
gran frialdad ser calculador
y usar como arma la paciencia.
Dominado el rival desde el inicio
la victoria aún está lejana,
pues se debe someter al sacrificio
al caballo, al peón y algunas veces hasta la Dama.
la victoria aún está lejana,
pues se debe someter al sacrificio
al caballo, al peón y algunas veces hasta la Dama.
Para lograr el anhelado triunfo
y tener un brillante remate
debe sacar al Rey de su refugio
y propinarle así el fulminante mate.
y tener un brillante remate
debe sacar al Rey de su refugio
y propinarle así el fulminante mate.
Mas la lucha a cada instante
se torna ardua ,es una epopeya,
la mente tal presión no resiste
y puede reventar cual centella.
se torna ardua ,es una epopeya,
la mente tal presión no resiste
y puede reventar cual centella.
Atacado el Rey en su enroque
minada su fortaleza
la jugada final es sólo un toque
para que caiga destronada la realeza.
minada su fortaleza
la jugada final es sólo un toque
para que caiga destronada la realeza.
Solo queda resignar con gran nobleza
aceptar como caballeros la derrota.
El Rey ha sucumbido ante la fuerza
de una mente y no de una bayoneta.
aceptar como caballeros la derrota.
El Rey ha sucumbido ante la fuerza
de una mente y no de una bayoneta.
Va mi alabanza a quien gana
haciéndole honor al noble juego,
ejemplo de disputa sana
imponiendo su ley pero sin fuego.
haciéndole honor al noble juego,
ejemplo de disputa sana
imponiendo su ley pero sin fuego.
Cuantos hay que en esta vida
no saben admirar a su rival en la derrota.
La vida es un juego, es una partida
ycomo el agua que cristalina brota.
no saben admirar a su rival en la derrota.
La vida es un juego, es una partida
ycomo el agua que cristalina brota.
Llega al final de este homenaje
al juego ciencia, noble arte ejemplo de vida.
Dedicado tambien al personaje
que va por mundo jugando su partida.
al juego ciencia, noble arte ejemplo de vida.
Dedicado tambien al personaje
que va por mundo jugando su partida.
Samuel Antolinez
Siempre se ha dicho que el ajedrez es como una especie de guerra entre ejércitos, en el que hay torres, caballeros, reyes, reinas etc. Pues bien, navegando por la web, me he encontrado con este Ajedrez en 3D, que simula perfectamente el escenario de una batalla ajedrecística, como si de una fortaleza se tratara. El rey y la dama están en lo más alto del tablero, simulando el poder sobre su ejército. El resultado es el que podéis apreciar en la imagen, el cual no es muy cómodo para jugar una partida de ajedrez, pero como elemento de decoración en una casa modernista quedaría de lujo. La empresa creadora de este peculiar ajedrez, se llama Please Enjoy, y la verdad que viendo sus otros inventos, no me extraña mucho que se les haya ocurrido esta idea del Ajedrez en 3D. ¿Os imagináis como se verían las clavadas o los ataques dobles? ¿Os gusta el invento?
Tableros y piezas de ajedrez artesanales
Studio Anne Carlton (SAC) es una de las empresas más importantes del mundo, en lo que se refiere a la producción y distribución de tableros y piezas de ajedrez como elementos decorativos y artísticos. En el catálogo de su página podemos encontrar desde motivos literarios como el Mago de Oz, Alicia en el país de las maravillas, Sherlock Holmes o acontecimientos históricos como la batalla de Trafalgar o la de Troya. El nivel de realismo de las figuras, la mayoría pintada a mano, como se puede comprobar en las ilustraciones, es espectacular. Aparte de su amplio repertorio de piezas y tableros de ajedrez, también podemos encontrar ordenadores de ajedrez, ajedreces de viaje, juegos de Domino, de Backgammon etc.
CAMPAMENTOS JUVENILES
A estos campamentos internacionales en España, Irlanda y Alemania acuden niños y jovenes de todo el mundo. El idioma principal en los campamentos es el inglés y a parte se habla el idioma del país en el que se desarrolla el campamento. Se ofrecen muchos campamentos diferentes en los que se puede pasar un verano inolvidable.
lOS „Special Camps“ se desarrollan en Austria y Alemania. pueden ofrecer lugares idóneos para cualquier tipo de campamento. Ahí esperan grupos pequeños con plazas limitadas. Algunos de estos campamentos se ofrecen también fuera de la temporada alta en primavera, otoño o invierno.
Los campamentos de idiomas ofrecen a niños y adolescentes la posibilidad de aprender inglés con un método que combine el aprendizaje del idioma y la diversión de una manera eficaz, de la mano de profesores nativos. Lo principal no es memorizar la gramática, sino más bien conseguir aprender el idioma de una forma amena.
miércoles, 2 de febrero de 2011
PASATIEMPOS JUVENILES
Existen muchas aficiones y sitios de hobbies en Internet, tales como: inscripción o planeación de campamentos, juegos de ajedrez. Aunque las dos aficiones son muy diferentes, tienen una cosa en común; ambos son muy populares entre los jóvenes, ¿porqué?
Una de las razones para que acampar sea tan popular es que es barato, se puede decir que se desarrollan campamentos alrededor de todo el mundo, absolutamente todos son diferentes. En varios campamentos los cuales se desarrollan en lugares abiertos o cerrados, en los cerrados, así como piscinas cubiertas, restaurantes y salas de juego, pero en lugares abiertos en ciertos casos ¡ni siquiera tienen agua! Sin embargo las zonas cercanas a donde se desarrollan los campamentos generalmente son hermosas.
Una de las actividades desarrolladas en los campamentos son los Campins, son considerados relajantes. Algunos de los campistas suelen levantarse temprano por la mañana y preparar el desayuno con sus amigos o familiares.
Se pueden encontrar muchas opciones para pasarla bien el resto del día, serviría destacar actividades que divierten y entretienen mucho como por ejemplo nadar, pescar, ir de excursión explorar el lugar y así mirar la flora y fauna en el alrededor o simplemente sentarse bajo el sol.
Al observar la realidad vivida solamente cabe la tranquilad, ya que no hay ruido ni tráfico, todo quedó atrás con el estrés de la vida cotidiana, por ello los campistas suelen dormir muy bien en la noche.
Y ¿qué pasa con el ajedrez? Pues bien, en la actualidad este deporte creció increíblemente pero en el pasado no muchos jóvenes lo disfrutaban. Ahora mucha gente joven se interesa en el aprendizaje de las reglas del juego, esto empezó cuando vieron la primera película de ya el famoso Harry Potter.
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